ARASAPE fue el nombre con el cual Carlos Colombino bautizó su casa-taller. El nombre deriva de la gran cantidad de pequeños árboles de guayaba que el terreno tenía y que a raíz de una sequía muy grande se perdieron.
La casa-taller fue construida entre 1997 y 2000 en Cocué Guazú, Areguá, ante la vista panorámica del Lago Ypacaraí. Fue la vivienda y el taller del artista durante sus últimos 12 años, desde 2001 hasta mayo de 2013, año de su fallecimiento.
Arasape, hoy, intenta sostener un espacio de trabajo, de goce y descanso, como fue creado por Colombino y así seguir dotándole de vida.